Durante la primera mitad del siglo XX, unos diez mil inmigrantes árabes llegaron a Chile buscando mejores condiciones de vida, donde se toparon con algunas dificultades, como nulo apoyo estatal y discriminación. Sin embargo, el carácter permanente del movimiento migratorio los llevó a adaptarse rápidamente mediante el comercio, acceso a la educación y la celebración de matrimonios mixtos. Así hoy sus descendientes han logrado un exitoso proceso de integración social, preservando al mismo tiempo con fuerza sus raíces árabes.
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